Cómo nació la disciplina del judo en el Ecuador

Muy emotivo fue el diálogo con Roberto Bitar Mahuad, vigoroso personaje en el campo de la educación, del deporte y de la ingeniería, y mientras transcurría la tertulia expuso remembranzas del judo, deporte que lo encaminó a ser cuarto dan kodokan y que lo practica hasta ahora, para no perder el estado físico y mental que entrega este insigne deporte a sus ejercitantes.

Al despedirnos, expresó: “Te voy a enviar un libro sobre el judo de Guayaquil, escrito por David Freire, cuarto dan kodokan”. Efectivamente, en tres días la obra estaba en nuestro poder y la lectura es impresionante en cada una de sus 34 páginas sobre este deporte olímpico.

¿Quién mentalizó el judo en el mundo? La historia identifica al profesor Jigoro Kano, en 1882, y en su abrillantada rectitud ha dejado innumerables enseñanzas y consejos que aún perduran, entre los principales: “Dentro de un dojo no existen diferencias sociales, ni religiosas, ni políticas; la única diferencia es el color de los cinturones”. “Un hombre con ideas es fuerte, pero un hombre con ideales es invencible” y “nunca te enorgullezcas de haber vencido a un adversario; el que venciste hoy podrá derrotarte mañana”.

La semilla del judo la sembró en Guayaquil el profesor holandés Johan Moes, segundo dan kodokan, quien llegó por razones laborales en la década del cincuenta; todo un maestro para masificar su doctrina, que fue receptada por sus primeros alumnos: Agustín Arroyo Yerovi, Juan Carlos Faidutti, Jorge Delgado Bermúdez y Roberto Bitar Mahuad, que deben ser considerados misioneros del judo en el Ecuador. Estos disciplinados deportistas fueron quienes difundieron con perseverancia y constancia la práctica del judo en los establecimientos educativos y en los dojos de clubes y academias, para encontrar los talentos de esta disciplina con jerarquía internacional.

Y aparecieron valores que destacaron por su pundonor, coraje y valor mental y espiritual como: Johnny Filian, Jorge Nazri, Enrique Weisson, Mike Zeller, Luis Bitar, David Freire, Jorge Ponce, Édgar López, Juan Carlos Nebel, Leonardo Suárez, Wladimiro Álvarez, Manuel Baquerizo, Ottón Chávez, Gabriel Noboa, José María Baquerizo, Orlando Ortega, Johnny Mackay, Gastón Pacheco, Sonia Carabajo, María Cangá, Jimmy Arévalo, Fernando Ibáñez, Roberto Ibáñez García, Juan López, Geoconda Bajaña, Roberto Ibáñez Romero, José Rosado, Carlos y Roberto Dañín, José Decimavilla, George Balseca y otros que hicieron historia y los que están destacándose en el camino de los vencedores para subir al podio.

Gracias, Roberto, por la entrega de esta valiosa obra y felicitaciones a su autor, David, quien con mucha sabiduría y capacidad da a conocer el inicio y el presente de este deporte, que ha engrandecido con sus logros al país.

El judo, a más de tener sus templos en los gloriosos tatamis, necesita de las letras para su difusión… (O)

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